La Salesiana en conjunto con la Red Global de Religiones a favor de la Niñez (GNRC) de Arigatou Internacional y World Vision de Ecuador, desarrollaron el II Foro Ecuménico e Interreligioso «Acciones y alternativas contra la explotación y el abuso sexual a la niñez y juventud en el Ecuador» con el objetivo de reflexionar sobre las circunstancias de violencia que viven los niños/as y jóvenes en diversos entornos del país y la actitud de los adultos frente a estas situaciones.
Fernanda Jaya, miembro de la Fiscalía General del Estado, comenta que «el abuso sexual a niños/as es una realidad invisibilizada en el país y se ha estimado que 1500 niños aproximadamente llegan a ser víctimas de maltrato», también puntualizó sobre el modelo de Finkelhor (1984) que prevé las barreras que un depredador sexual tiene que saltar para llegar a su objetivo y que, una vez identificadas, se pueden prevenir a tiempo.
Marco Laguatasi, coordinador nacional de Red Global de Religiones a favor de la Niñez (GNRC) – Ecuador agregó que la naturalización de la agresión física y psicológica generan que se normalicen estas conductas de abuso que puede desencadenar en violaciones sexuales a posterior. La cultura del silencio, en la cual no se denuncia estos casos hace que se continúe vulnerando los derechos de los niños y jóvenes en espacios donde se deberían sentir seguros como en la familia, escuela o la iglesia.
Más adelante, Paz Guarderas, docente e investigadora de La Salesiana, presentó su investigación sobre el tema de las juventudes relacionado al acoso sexual dentro de las universidades. «Es un tema de género y responde a una lógica jerárquica de violación y la configuración cultural que está presente en las distintas formas hegemónicas de relacionarnos (…) estamos en una sociedad patriarcal y hay que reconocer nuestros lugares de privilegio que está marcado por el tema de género y étnico» manifestó.
Los expositores concluyeron que, si desde un inicio se frena todo acto de vulnerabilidad y violencia, existe la posibilidad de coartar agresiones sexuales, físicas y psicológicas. Casos de incesto, violaciones, acoso y abuso que generan maternidades forzadas, paternidades irresponsables, donde niños y jóvenes ven frustrados sus planes de vida. Es responsabilidad de los adultos protegerlos ante situaciones de vulnerabilidad, fortalecer sus capacidades, empoderarlos para que sus voces sean escuchadas, generar entornos seguros y tener planes de acción para diagnosticar, identificar y frenar situaciones de riesgo para que en el futuro niños/as y jóvenes y no se vean frustrados a los patrones de violencia que marcan sus almas y conducta sociocultural.