«La universidad: un bien de uso común. Conjunto de valores morales y culturales de la comunidad académica de la Universidad Politécnica Salesiana», es un libro que analiza y reúne un conjunto de artículos basados en la corresponsabilidad social y participación académica de La Salesiana del Ecuador. El texto fue presentado en las ciudades de Quito y Cuenca respectivamente mediante un acto de lanzamiento a la comunidad universitaria y público en general.
Los autores, P. Javier Herrán, Juan Pablo Salgado, José Juncosa, Paola Carrera, Ángel Torres, Luis Miguel Romero, Bernardo Salgado y Fernando Solórzano (compilador) explican que este trabajo nace con la interrogante ¿De quién es la Universidad Politécnica Salesiana?, referenciando a los bienes en común, a los valores morales y culturales que comparte esta comunidad. «En las comunidades indígenas en las que he vivido el páramo es de todos, es de la comunidad de Chimba, de Pesillo, nunca escuché que éste le pertenece de alguien en particular o al Estado» comenta el P. Javier Herrán, Rector de La Salesiana durante su intervención.
Cada artículo del texto comprende diversos aspectos que constituyen una universidad de uso común: la autonomía, toma de decisiones compartidas, una visión de la organización ecosistema, la descripción de rasgos de la sociedad del conocimiento y de la información que requiere de la cultura de innovación y la investigación, considerando a los ciudadanos como compañeros de aprendizaje; y finalmente explica un análisis exploratorio que propone diecisiete indicadores de una matriz que expresa la orientación de las instituciones hacia el bien común y ensayan su aplicación a la realidad de La Salesiana.
«Tenemos que volver a recuperar lo que es la sociedad, no aquella que es controlada, dirigida, establecida sino la que va creando vida y forma, así como el páramo andino». La Universidad es un bien común en donde un catedrático desarrolla y aporta con sus conocimientos, con su trabajo, gracias al cual mantiene a su familia. «Los estudiantes aprenden de ellos y están dispuestos a poner sus recursos para que el profesor pueda vivir. Ese ciclo es un bien común». finaliza el Rector.
Este aporte servirá como una guía a la búsqueda de nuevas líneas de aprendizaje, tanto de desarrollo como el de educación intercultural, y permitirá que la universidad logre reconocerse como una comunidad a la que sus miembros pertenecen y con la que contribuyen.